Santiago de Chile, 23 de abril de 2014 (CHLT).- El Frente por una Reforma Tributaria Saludable, instancia que agrupa a sociedades académicas, médicas, organizaciones sociales y gremiales, manifestó su visión crítica sobre la propuesta del Ejecutivo de impuestos al tabaco, bebidas azucaradas y alcohol, en el marco de la Reforma Tributaria, porque no aporta desde la política fiscal a reducir la carga de enfermedades crónicas no transmisibles en Chile, puesto que el aumento impositivo planteado por el Ejecutivo resulta insuficiente y no acoge las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Esta mañana el Frente por una Reforma Tributaria Saludable entregó una carta en el Ministerio de Hacienda con sus demandas.
Santiago de Chile, 23 de abril de 2014
Sr.
Alberto Arenas
Ministro de Hacienda
PRESENTE
Estimado Ministro Arenas:
Reciba los saludos cordiales del Frente por una Reforma Tributaria Saludable, instancia que agrupa a sociedades académicas, médicas, organizaciones sociales y gremiales. Los impuestos constituyen la medida más costo-efectiva para reducir el consumo de bebidas azucaradas, alcohol y tabaco. Estos tres productos no tienen valor nutricional y sólo causan daño a la salud de la población, siendo sus efectos además altamente regresivos, afectando a las familias de bajos ingresos en mayor medida.
Por ello celebramos la decisión de incluir impuestos correctivos en la Reforma Tributaria, porque el Gobierno de Chile envía una señal potente sobre la responsabilidad del Estado en la salud de su población.
Sin embargo, queremos manifestar nuestra preocupación por los artículos sobre impuestos a las bebidas azucaradas, tabaco y alcohol, que fueron votados favorablemente esta semana en la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, porque no consideran los criterios de salud pública que debieran primar en estas decisiones de política pública.
La actual propuesta del Ejecutivo no aporta desde la política fiscal a reducir la carga de enfermedades crónicas no transmisibles en Chile, puesto que el aumento impositivo planteado resulta insuficiente y no acoge las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Azúcar
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y sus Estados Miembros han expresado de manera concluyente que el consumo de bebidas con elevado contenido de azúcar es nocivo para la salud. El consumo de bebidas azucaradas representa un problema de salud pública, ya que estas son responsables del 25- 50% del aumento de peso anual de las personas. Este efecto de las bebidas azucaradas estaría dado por un aumento en el aporte calórico total de la dieta. Además su consumo puede engañar a los mecanismos biológicos responsables de las respuestas relacionadas con la saciedad, favoreciendo un mayor consumo de energía y azúcar, determinantes en el desarrollo del sobrepeso y la obesidad.
En Chile, 23% de los niños y 25% de los adultos presentan obesidad y cerca de la mitad enfermedades relacionadas tales como la resistencia a insulina, diabetes e hígado graso. La prevalencia de estos problemas de salud es mayor en sectores de menores ingresos, especialmente en mujeres y niños. El consumo de bebidas azucaradas es especialmente importante en estos grupos, donde el gasto en bebidas representa un 7% del ingreso. Contrario a lo que asevera la industria, el consumo de bebidas azucaradas produce un aumento en el peso en niños y adultos: cada 355 cc de bebida azucarada aumenta 0.06 el índice de masa corporal en niños y se observa un aumento de 120 a 220 gramos/año en adultos. Por esta razón, el impuesto a bebidas azucaradas es una de las medidas más estudiadas a nivel internacional por su potencial efecto en reducir la obesidad, especialmente la obesidad infantil.
Estudios muestran que a mayor aumento de precio mayor es la disminución del consumo de bebidas azucaradas. Se ha estimado que un aumento de precio de 10% reduce su consumo en 7.6%. Sin embargo, si éste aumento no es establecido adecuadamente, su efecto beneficioso puede ser neutralizado por el consumo de otras bebidas azucaradas. La evidencia internacional muestra que un aumento de impuesto debe ser de al menos 20% para lograr un efecto significativo en la población y debe cubrir a todos los productos de características similares en contenido de azúcar para evitar sustitución en el consumo. Un aumento de impuesto de 20% significaría tener 56.000 obesos menos.
Dado estos antecedentes técnicos consideramos que la propuesta de alza de impuesto a las bebidas azucaradas contenida en el documento para la Reforma Tributaria no permitiría cumplir con un objetivo de salud pública, dado que un aumento de solo 5% no reduciría su consumo, más aún cuando se establece que de las bebidas azucaradas existentes en el mercado, solo algunas, aquellas con un contenido mayor de 15 gramos en 250 ml (6.3 gramos/100 ml), serían gravadas con este mayor impuesto. Consideramos que para lograr un objetivo de salud pública el impuesto específico a bebidas azucaradas debiera aumentarse en 20 puntos porcentuales (es decir, a 33%) y debiera incluir al menos a todas aquellas bebidas analcohólicas azucaradas y agua saborizadas con azúcar que se incluyen en el Capítulo XXVII del Reglamento Sanitario de los Alimentos (Decreto 977).
Tabaco
El tabaco mata cada año a más de 16 mil personas en Chile. Nuestro país registra las prevalencias más altas de tabaquismo en adultos de Latinoamérica (40,6% en mayores de 15 años) y la más alta del mundo en jóvenes de sexo femenino de entre 13 y 15 años (39,9%).
El alza de impuestos al tabaco es una medida promovida por la Organización Mundial de la Salud. Según la evidencia científica disponible, la política impositiva y de precios es la estrategia aislada más efectiva para reducir el tabaquismo, especialmente en personas jóvenes y de escasos recursos.
Un alza de impuestos debe ser contundente para ayudar a cubrir el costo directo de las enfermedades causadas por el tabaquismo para el sistema público de salud, que asciende a casi US$ 1.700.000.000 (mil setecientos millones de dólares) anuales, que constituye el 0,7% del PIB y el 9% del gasto en salud del país. Se estima que los costos indirectos duplican esta cantidad.
Los impuestos pagados por las tabacaleras llegan sólo a los US$ 1.400.000.000 al año, que no alcanza ni siquiera a cubrir los costos directos de las patologías causadas por el consumo de tabaco.
El aumento del impuesto específico de 0,000128803 UTM a 0,000143959 UTM, con lo que sube sólo en 10% el componente más pequeño de todos los impuestos que paga el tabaco en Chile, resulta insuficiente. Este aumento impositivo es tan pequeño que perfectamente puede ser absorbido por la industria tabacalera y no impactar en el precio final de los cigarrillos, que es lo que reduce sustantivamente el consumo de tabaco en la población.
Un reciente estudio realizado en Chile por el economista Guillermo Paraje, estimó que un aumento del 20% en el precio real de los cigarrillos genera una reducción de entre 3,9% y un 6,6% por año en el riesgo que tienen de comenzar a fumar las personas en Chile, entre las edades de 8 y 38 años. Si se analiza la conducta de los jóvenes entre 8 y 21 años, dichos porcentajes están entre 5,5% y 6,1% para el total de la población.
Nuestra propuesta apunta a cambiar la estructura de los impuestos a los cigarrillos y tener sólo un impuesto específico y eliminar otro de los componentes como es el Ad Valorem. De esta forma, se castiga la intensidad de consumo y no el valor de lo que se consume.
El alza de impuestos al tabaco, cuando es significativa, se transforma rápidamente en un aumento de precios de los cigarrillos, lo que impacta directamente en el consumo de tabaco: a mayores impuestos, menos consumo. Esto se ha demostrado en muchas partes del mundo.
Estamos frente a una oportunidad invaluable para que Chile no sólo sea un país más equitativo y allegue más recursos a la educación pública, sino también para mejorar la salud de la población.
Alcohol
El consumo de alcohol es el principal factor de riesgo de muerte y discapacidad en Chile. Es responsable del 12,4% de los años de vida perdidos por muerte y discapacidad y
8750 muertes anuales por consumo de alcohol en Chile.
Aumentar el precio del alcohol a través de impuestos es la medida más costoefectiva para reducir el consumo y las consecuencias negativas. En Finlandia, la decisión del Ministerio de Hacienda de reducir los impuestos en 33% se tradujo en 600 muertes anuales, afectando en mayor medida a mujeres, desempleados y aquellos con bajo nivel educacional e ingreso.
Tres metaanálisis recientes muestran que el aumento de precio reduce el consumo de alcohol en la población general y en mayor medida en jóvenes, consumidores excesivos y aquellos cercanos a la embriaguez. Un estudio publicado en la revista Lancet estimó que un aumento de 10% evitaría 1460 muertes anuales en una población de 53 millones.
En Chile, la propuesta inicial del Ministerio de Hacienda evitaría 916 muertes al año por alcohol, beneficiando en mayor medida a jóvenes y consumidores excesivos. El consumo de alcohol no es regresivo y se distribuye en forma homogénea en la sociedad chilena. Por el contrario, las consecuencias negativas del alcohol se concentran en estratos socioeconómicos bajos, por lo que sus efectos son sumamente regresivos.
Cediendo a la presión de la industria pisquera, el Ministerio de Hacienda ha decidido eliminar el impuesto específico de 0,03 UTM por litro de alcohol puro. Con esto se reduce el impuesto en más del 50% en relación a la propuesta inicial, con lo que se esperan 450 muertes adicionales por alcohol al año. Se ha decidido priorizar los intereses de 3000 trabajadores a costa de la salud de toda la población chilena y, más aun considerando que la región de Coquimbo es la que presenta el patrón de consumo de alcohol más abusivo del país, la rebaja afecta a las mismas familias que espera beneficiar.
Petitorio
Nuestro llamado como Frente por una Reforma Tributaria Saludable es que el Ministerio de Hacienda considere la responsabilidad del Estado en la salud de la población chilena y el impacto en la salud pública de sus decisiones en la actual Reforma Tributaria. Así planteado, la propuesta no tendrá efectos en reducir el consumo de bebidas azucaradas y tabaco y resultará en 450 muertes adicionales atribuibles a alcohol.
Sr. Ministro Arenas solicitamos lo siguiente:
Que se aumente el IABA a 33% de acuerdo a recomendaciones de la Organización Panamericana de la Salud y que se incluya todas aquellas bebidas analcohólicas azucaradas y agua saborizadas con azúcar que se incluyen en el Capítulo XXVII del Reglamento Sanitario de los Alimentos (Decreto 977).
Que se elimine el impuesto ad-valorem del tabaco y se aumente el impuesto específico a una cifra que resulte en un aumento de precio y recaudación de recursos significativa.
Que se reincorpore la propuesta inicial de impuestos al alcohol incluyendo el impuesto de 0,03 UTM por litro de alcohol puro.
Que parte de estos fondos se destinen a financiar tratamientos de cesación de tabaco y alcohol y de obesidad causados por la industria de tabaco, alcohol y alimentos, a la vez de fortalecer la promoción en salud y reducir la carga financiera en medicamentos.
Le solicitamos una reunión formal para conversar acerca de estos puntos y compartir información al respecto.
Esperamos que el Ministerio de Hacienda y el Gobierno de Chile no desperdicien esta oportunidad de participar en mejorar la salud y calidad de vida de la población, beneficiando especialmente a aquellos de menos ingresos.
Se despiden atentamente,
Frente por una Reforma Tributaria Saludable
Escuela de Nutrición y Dietética, Universidad de Chile
Municipalidad de Santiago
Chile Libre de Tabaco
Sindicato Unitario de Trabajadoras y Trabajadores de Casa Particular
Red de Infancia ONG
Sociedad Científica de Medicina General y Familiar de Chile
Asociación de Consumidores y Usuarios de la Salud de Chile
Asociación de Padres y Apoderados
Asociación de Médicos Generales de Zona
Agrupación Nacional de Residentes Chile
Foro Nacional del Cáncer
Cecilia Castillo, Médico pediatra, especialista en nutrición
Cristóbal Cuadrado, Académico, Escuela de Salud Pública Salvador Allende, Universidad de Chile
Jaime Peña, Académico, Escuela de Salud Pública Salvador Allende, Universidad de Chile
Marcia Erazo, Académico, Escuela de Salud Pública Salvador Allende, Universidad de Chile
José Luis García, Escuela de Salud Pública Salvador Allende, Universidad de Chile
María Teresa Valenzuela, Académico, Escuela de Salud Pública Salvador Allende, Universidad de Chile
Catalina González, Profesor Adjunto, Escuela de Nutrición y Dietética, Universidad de Valparaíso