15 de mayo de 2014 (CHLT).- Luego que la Cámara de Diputados aprobara este miércoles en particular el proyecto de Reforma Tributaria, en el Congreso se instaló el debate respecto de las transformaciones de la iniciativa en la Cámara Alta.
Según informó El Mercurio, los senadores PPD y PS acordaron defender el “corazón de la reforma”, actuar coordinados ante eventuales cambios y no aparecer enfrentados a la DC. “Si hay cambios, deben ser compensados. Si hay, yo voy a pedir compensar con impuestos a alimentos altos en grasa y azúcar”, dijo el senador Guido Girardi tras la reunión.
Mientras, el PS Fulvio Rossi afirmó que le gustaría reponer la sobretasa a los alcoholes y un cambio a la estructura tributaria del tabaco.
Estas declaraciones se suman a las realizadas por el presidente de la Comisión de Hacienda, Ricardo Lagos Weber (PPD), quien planteó que el proyecto podrá ser mejorado en el Senado. La misma idea ha sido reforzada, entre otros, por Andrés Zaldívar (DC), quien ha respaldado la idea de introducir diversas modificaciones al proyecto, como revisar el 10% de retención de impuesto a las empresas.
Propuesta de aumento de impuesto al tabaco es insuficiente
La votación en la Cámara de Diputados del artículo 2 de la iniciativa, relativo al alza de impuestos a el tabaco, bebidas alcohólicas y analcohólicas, y los vehículos diesel, se resolvió con 67 votos a favor, 44 en contra y 2 abstenciones.
Para Chile Libre de Tabaco, la propuesta del Ejecutivo resulta insuficiente y no tendrá un impacto en la salud pública. Un aumento de 13 pesos por cajetilla no reducirá consumo y es regresivo.
Se propone eliminar impuesto ad-valorem y aumentar impuesto específico a una cifra que signifique recaudar más fondos para el Estado y se traduzca en un aumento significativo del precio.
Sólo de esta manera habrá un impacto en disminución del consumo, especialmente en jóvenes. Se calcula que un aumento del 20% en el precio real de los cigarrillos genera una reducción de entre 5,5% y 6,1% por año el riesgo que tienen de comenzar a fumar las personas en Chile, entre las edades de 8 y 21 años.
«Ayúdenos a mejorar la salud de Chile». El llamado del Frente por una Reforma Tributaria Saludable a los diputados y diputadas
La Cámara de Diputados aprobó este miércoles el proyecto de Reforma Tributaria, tras su votación en particular, despachando la iniciativa para su tramitación en el Senado. El Frente por una Reforma Tributaria Saludable le envió una carta, antes de la votación en la sala, a los diputados y diputadas solicitando aumentar los impuestos a las bebidas azucaradas, alcohol y tabaco para reducir la carga de enfermedades crónicas no transmisibles en Chile.
CARTA DEL FRENTE POR UNA REFORMA TRIBUTARIA SALUDABLE
Santiago, 13 de Mayo 2014
Estimados Honorables Diputados y Diputadas,
El consumo de azúcar, tabaco y alcohol están enfermando y matando a la población chilena. Producen discapacidad y disminuyen su calidad de vida. Disminuyen la productividad laboral. Le cuestan al país miles de millones de dólares. Las consecuencias derivadas del consumo de azúcar, tabaco y alcohol son un serio impedimento para que podamos ser un país desarrollado. Sus efectos negativos se concentran en las familias de menores ingresos. Asimismo, no contribuyen a que avancemos como una sociedad cuyas políticas sociales estén centradas en la solidaridad, equidad y justicia social.
Ayúdenos a mejorar la salud de Chile solicitando al Gobierno que apoye una Reforma Tributaria Saludable a través de las siguientes medidas:
Aumentando el IABA en 20 puntos porcentuales (a 33%) según recomendación de la Organización Panamericana de Salud (OPS) y evidencia científica internacional a todas las bebidas azucaradas. El Proyecto actual propone un aumento de 5 puntos porcentuales el Impuesto Adicional a las Bebidas Analcohólicas (IABA). Este incremento no disminuirá el consumo y será regresivo. Para reducir efectivamente el consumo y disminuir la obesidad y las enfermedades cardiovasculares, la OPS recomienda que el impuesto debe ser de al menos 20%. Un aumento del IABA a 33% tendría un efecto significativo en el consumo y una reducción de 2,2-3% de obesidad y sobrepeso. El efecto recaudatorio se estima en 545 millones de dólares.
Redefiniendo el texto de Decreto de Ley 825 del Ministerio de Hacienda para incluir a todas las bebidas azucaradas. Considerando que esta propuesta excluye a algunas categorías se propone que la definición que se incluya corresponda a todas aquellas bebidas analcohólicas azucaradas y aguas saborizadas con azúcar, sin límite de azúcar, que se incluyen en el Capítulo XXVII del Reglamento Sanitario de los Alimentos (Decreto 977), incluyendo además los jarabes artificiales endulzados (Artículo 392); polvos para preparar refrescos (artículo 404); té endulzados (artículos 452 y 453) y las bebidas energéticas y para deportistas contenidas en artículo 540.
Incorporando un nuevo impuesto específico a otros productos azucarados tales como caramelos, chocolates, helados, snacks y leches saborizadas. Para éstos se sugiere aplicar impuesto a alimentos con densidad energética elevada, es decir mayor a 275 Kcal por 100 gramos según recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del World Research Cancer Fund, así como también de la experiencia de México.
Cambiando la estructura tributaria del impuesto al tabaco y aumentando significativamente su precio. Un aumento de 13 pesos por cajetilla no reducirá consumo y es regresivo. Se propone eliminar impuesto ad-valorem y aumentar impuesto específico a una cifra que signifique recaudar más fondos para el Estado y se traduzca en un aumento significativo del precio. Sólo de esta manera habrá un impacto en disminución del consumo, especialmente en jóvenes. Se calcula que un aumento del 20% en el precio real de los cigarrillos genera una reducción de entre 5,5% y 6,1% por año el riesgo que tienen de comenzar a fumar las personas en Chile, entre las edades de 8 y 21 años.
Reincorporando propuesta inicial sobre aumento de impuestos a bebidas alcohólicas. Se propone reincorporar propuesta inicial que resultaba en 900 muertes anuales menos. Al eliminar el impuesto de 0,03 UTM/litro de alcohol puro se produce un aumento de al menos 450 muertes por alcohol. La propuesta inicial afectaba en mayor medida a las bebidas con mayor graduación alcohólica y de menor precio, con lo que se esperaba un impacto mayor en adolescentes y consumidores excesivos. La actual sólo afecta a aquellas bebidas con mayor graduación alcohólica. La propuesta inicial representaba un avance significativo en reducir la morbimortalidad por alcohol y se estimaba que un aumento del precio de 20% evitaría 916 muertes al año.
Destinando total o parcialmente los recursos recaudados a financiar el tratamiento de la adicción al alcohol y al tabaco, la obesidad y otras patologías causadas por la industria de alimentos, alcohol y tabaco, en conjunto con la creación un Fondo Nacional de Medicamentos y financiamiento de actividades relacionadas con promoción de la vida sana. Esto con el objeto de reducir la carga financiera que implica para el país y para las familias del tratamiento de las Enfermedades Crónicas No Transmisibles derivadas del consumo de azúcar, alcohol y tabaco.
Le solicitamos su apoyo para mejorar estas medidas en la Reforma Tributaria en la próxima discusión en Sala de este tema. Esperamos contar su apoyo por el bien de la salud de todos los chilenos, en especial de los niños de nuestro país.
Le saluda atentamente
Dr. Sebastián Peña
Coordinador del Frente por una Reforma Tributaria Saludable
En nombre de:
Escuela de Nutrición y Dietética, Universidad de Chile
Municipalidad de Santiago
Chile Libre de Tabaco
Sindicato Unitario de Trabajadoras y Trabajadores de Casa Particular
Red de Infancia ONG
Sociedad Científica de Medicina General y Familiar de Chile
Asociación de Consumidores y Usuarios de la Salud de Chile
Asociación de Padres y Apoderados
Asociación de Médicos Generales de Zona
Agrupación Nacional de Residentes Chile
Foro Nacional del Cáncer
Confederación Gremial Nacional de Organizaciones de Ferias Libres
Movimiento de Obesos Mórbidos
Agrupación Nacional de Médicos de Atención Primaria
Cecilia Castillo, Médico Pediatra, Master en Nutrición, Salud Pública y Calidad de Alimentos.
Cristóbal Cuadrado, Académico, Escuela de Salud Pública Salvador Allende, Universidad de Chile
Jaime Peña, Académico, Escuela de Salud Pública Salvador Allende, Universidad de Chile
Marcia Erazo, Académico, Escuela de Salud Pública Salvador Allende, Universidad de Chile
José Luis García, Escuela de Salud Pública Salvador Allende, Universidad de Chile
María Teresa Valenzuela, Académico, Escuela de Salud Pública Salvador Allende, Universidad de Chile
Paola Gaete, Escuela de Obstetricia, Facultad de Medicina, Universidad de Chile
Catalina González, Profesor Adjunto, Escuela de Nutrición y Dietética, Universidad de Valparaíso
Claudio A. Méndez, Profesor Auxiliar de Sistemas y Políticas de Salud, Instituto de Salud Pública, Universidad Austral de Chile.
588 firmantes por una Reforma Tributaria Saludable en Change.org
Por una Reforma Tributaria Saludable
Por JAIME PEÑA Y SEBASTIÁN PEÑA
Médicos salubristas. Frente por una Reforma Tributaria Saludable
El Mostrador/ 2 de mayo de 2014
La Reforma Tributaria en actual discusión en la Cámara de Diputados incluye impuestos correctivos a las bebidas alcohólicas y no alcohólicas azucaradas, los cuales han generado gran polémica entre la industria y ciertos parlamentarios que han defendido la producción local. Más allá de lo esperable de esta reacción, la discusión debiese centrarse en el efecto benéfico sobre la salud de la población, yendo más allá de los efectos puramente económicos. En Chile, la mayor carga de enfermedad, discapacidad y muerte está asociada al consumo de alcohol, bebidas azucaradas y tabaco, y justamente los impuestos han mostrado ser la medida más costo-efectiva para reducir su consumo.
Un impuesto al alcohol, bebidas azucaradas y tabaco es una medida que va más allá de sólo compensar el gasto que produce su consumo; en este caso, el enorme gasto en el diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de enfermedades crónicas como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer. Este tipo de impuesto es una medida de salud pública en sí misma que apunta a reducir el consumo y sus consecuencias sobre la salud a través del aumento de precio. Más aún, la visión del impuesto como herramienta de salud pública, aun cuando no genere efecto recaudatorio y sólo mínimamente correctivo, es fundamental, ya que envía una señal potente sobre el rol del Estado en su conjunto como responsable de la salud colectiva y garante de derechos sociales.
La propuesta original de impuesto al alcohol presentada por el Ejecutivo aumentaría los precios de 5 a 20%, afectando en mayor medida a las bebidas de más graduación alcohólica y de menor costo. Esto se traducirá en una reducción total del consumo de alcohol y en un cambio en el patrón de consumo, disminuyendo el consumo de destilados y manteniéndose el consumo de bebidas alcohólicas de baja graduación. Según la evidencia internacional, esto se traduciría en aproximadamente 900 muertes anuales menos, sumado a beneficios sociales y económicos: menor violencia intrafamiliar y más productividad laboral.
Considerando estos beneficios, resulta incomprensible la defensa que han hecho diputados y senadores provenientes de las zonas pisqueras del país, argumentando que el impuesto provocaría daños económicos a los pequeños productores de pisco, lo que concluyó en el retiro del impuesto de 0,03 UTM por litro de alcohol puro propuesto. Justamente este impuesto era el que gravaba de mayor forma la venta de destilados de alto grado alcohólico en grandes cantidades, impactando en el patrón de consumo nocivo que existe en el país. Sólo este impuesto significaba una reducción estimada de 450 muertes anuales. Siendo el factor de riesgo que produce mayor muerte y discapacidad en Chile, el impuesto al alcohol no debe ser considerado una moneda de cambio en la negociación parlamentaria, y la salud de la población debe anteponerse a los intereses económicos de la industria productora de alcohol. Esto, especialmente considerando que las consecuencias del consumo de alcohol impactan más severamente a familias de bajos ingresos.
En el caso de las bebidas azucaradas, nos encontramos frente a un gran problema. Estas son responsables del 25-50% del aumento de peso anual de las personas. La Reforma Tributaria propone un aumento del impuesto adicional de bebidas analcohólicas (IABA) de cinco puntos porcentuales, pasando del 13% actual a un 18%. Como es de esperar, la industria ha reaccionado buscando invalidar la efectividad de este gravamen y señalando que podría producir otro tipo de problemas, como un aumento en el IPC. Por suerte, contamos con una gran cantidad de evidencia internacional que contradice estos supuesto y apoya el impacto positivo de un aumento del impuesto.
Este ha sido implementado de manera exitosa en países como Finlandia, Hungría, Francia, México y algunos estados de Estados Unidos, mostrando un importante reducción del consumo, sin efectos inflacionarios asociados. Uno de los resultados más notables es el descrito por Adam Briggs, de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, que estimó que un aumento del impuesto de 20% se traduciría en 180 mil obesos menos. El problema real de la reforma es la magnitud del aumento del IABA, que es sólo de 5 puntos porcentuales. Probablemente la conclusión más importante que se ha sacado de la experiencia internacional es que el impuesto debe aumentar en 20 puntos porcentuales para asegurar efectividad en reducir el consumo de bebidas azucaradas, y con esto las enfermedades asociadas.
Tan fuerte es la conclusión de los estudios, que la Organización Panamericana de la Salud lo ha tomado como recomendación para todos sus países miembros. En la práctica, el aumento al 18% de la reforma es simbólico, ya que no sería lo suficientemente alto para reducir el consumo y se traduciría únicamente en que las familias de menores ingresos (las que más consumen) absorberían el costo sin lograr cambios de conducta. Es decir, con el aumento de 5 puntos porcentuales del IABA, la reforma tendría un efecto regresivo, ya que produciría más gasto de los sectores más vulnerables, sin mejorar el estado de salud. Lo que se debe hacer es claro: para reducir el consumo de bebidas azucaradas, el aumento debe ser mayor, llegando el impuesto al menos a un 33%.
Finalmente, pese a figurar en el programa de gobierno de Michelle Bachelet, el impuesto al tabaco no se incluyó inicialmente en el proyecto de Reforma Tributaria. Oportunamente, durante su tramitación en la Comisión de Hacienda de la Cámara, se incluyó una reforma al impuesto específico actual, aumentando el gravamen por cigarrillo de 0,000128803 a 0,000143959 UTM, es decir, de cerca de $107 pesos a $119 pesos por cajetilla de 20 cigarrillos, manteniendo el impuesto ad valórem (60,5% del precio final de venta) como el principal del tabaco.
Si bien inicialmente parece positivo el aumento del impuesto, para reducir el consumo de cigarrillos de forma significativa y en el largo plazo se debería avanzar hacia una nueva estructura tributaria del tabaco, eliminando el impuesto ad valórem actual, reemplazándolo por un aumento al impuesto específico (por cigarrillo) que compense la recaudación perdida por la eliminación del ad valórem (por cajetilla). Este tipo de medidas produciría una disminución del consumo de unidades de cigarrillos, mantendría un impuesto en constante alza (dependiente de las UTM) y evitaría el desplazamiento del consumo hacia cajetillas más baratas, como lo causa ahora el impuesto ad valórem. En un país en el cual, a pesar del impuesto existente al tabaco, se mantiene una de las mayores prevalencias de tabaquismo del mundo, con más de 16.000 muertes anuales por ello, este tipo de modificaciones adquieren carácter de urgentes.
El Gobierno de la Presidenta Bachelet ha dado una señal potente sobre el rol del Estado en la salud de la población. Para traducirse en beneficios reales, el aumento del gravamen a estos tres productos debe ser de una magnitud y forma suficiente para reducir el consumo. Más importante aún, este tipo de reformas deben ser defendidas y protegidas de la influencia de poderosos intereses económicos que ven con buenos ojos su desaparición durante la discusión parlamentaria.
¿Por qué deben subir los impuestos al tabaco? Por el economista Guillermo Paraje
Por Guillermo Paraje
Profesor Escuela de Negocios Universidad Adolfo Ibáñez
Publicado en El Mostrador/ 1 de mayo de 2014
En el ida y vuelta parlamentario que está teniendo la Reforma Tributaria, los impuestos al tabaco quedaron primero postergados en la discusión y, ahora, parecen ser una opción a la posible “caída” de otros impuestos. Es una muy buena idea incluir estos impuestos, incrementándolos sustancialmente, por dos razones.
El impuesto al tabaco puede aumentar la recaudación tributaria y contribuir con recursos genuinos al financiamiento de la Educación. Indudablemente, además, puede ayudar a controlar una epidemia con costos altísimos para el país. Las razones de salud pública son contundentes.
En primer lugar, Chile tiene un serio problema de tabaquismo, ya que posee una de las prevalencias más altas de las Américas. En algunos grupos de población, como en las niñas de entre 13-15 años, tiene la prevalencia más alta del mundo. La evidencia internacional es contundente en mostrar que la forma más efectiva de reducir el consumo de tabaco es vía aumento de precios (que puede lograrse subiendo los impuestos). De hecho, el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco, el cual ha sido ratificado por Chile, establece que los Estados deben utilizar esta herramienta como forma de reducir la epidemia.
El aumento de precios es una forma efectiva, no sólo de reducir el consumo de los fumadores actuales, haciendo que incluso dejen el hábito, sino de impedir que potenciales fumadores comiencen con esa adicción. En el caso de Chile, un grupo de investigadores que lidero ha encontrado que un aumento del 20% en el precio real de los cigarrillos podría hacer que disminuya entre un 3,9% y un 6,6% por año el riesgo que tienen de comenzar a fumar las personas en Chile, entre las edades de 8-38 años. Si se analiza la conducta de los jóvenes entre 8-21 años, dichos porcentajes están entre 5,5% y 6,1% para el total de la población. El riesgo de empezar a fumar para las mujeres de este grupo es un 20,1% superior al de los hombres. Aumentar el precio, entonces, salvaría a miles de personas por año de comenzar un vicio que los llevará a contraer enfermedades graves y morir.
En segundo lugar, la recaudación actual del impuesto no alcanza ni siquiera a cubrir el costo que tiene para el sistema de salud tratar las enfermedades derivadas del uso del tabaco. Las estimaciones más conservadoras que se conocen (un estudio del Minsal) dicen que el costo anual de atender enfermedades del tabaco es de 887 mil millones de pesos (poco más del 9% del presupuesto de Salud). La recaudación anual del impuesto alcanza a unos 853 mil millones de pesos (año 2013). Es decir que con lo que se recauda ni siquiera se cubre el costo directo de la enfermedad. Y este cálculo no considera los costos indirectos (pérdida de productividad, peor calidad de vida, etc.). En los países donde se han estimado (EE.UU., Canadá, etc.), los costos indirectos duplican a los directos. Esto implica que lo que se recauda por el impuesto al tabaco no cubriría ni un tercio de los costos totales asociados al tabaquismo.
Como conclusión de lo anterior, no existe razón alguna para no aumentar fuertemente y de manera inmediata un impuesto que puede ahorrarle recursos al sistema de salud y contribuir a financiar inmediatamente la reforma educativa. Chile tiene hoy uno de los precios más bajos de cigarrillos y la prevalencia de tabaquismo más alta de la OECD. Incrementar estos impuestos ayudaría notoriamente a comenzar a corregir esto.
TOBACCO-FREE CHILE SAYS CIGARETTE TAX INCREASE “INSUFFICIENT”
(SANTIAGO, Chile) April 25, 2014 – Tobacco-Free Chile (Chile Libre de Tabaco, CLT) called the government’s proposed 10 percent tax increase on tobacco products “insufficient” as the measure, part of a package of tax reforms, made its way through the Chilean legislature.
CLT applauded the decision by President Michelle Bachelet to include a higher tax on tobacco as part of an ongoing national debate on the fairness of the tax burden. But the group lamented that the increase is aimed merely at generating income rather than improving public health.
Tobacco consumption is estimated to cause 16,000 deaths per year in Chile, the country with the highest smoking rates in Latin America, an estimated 40.6% among persons 16 and older. Smoking among adolescent girls from 13 to 15 in the country is also approximately 40%, a world record.
María Teresa Valenzuela, a professor at the University of Chile’s School of Public Health, said that the tax rise is “so small that it can be easily absorbed by the tobacco industry and will not affect the price of cigarettes to the consumer, which is what will cut tobacco consumption among users.”
“Chile has an opportunity not only to be fairer in its tax policy but also to improve the people’s health”, she added.
The entire package of tax reforms sailed through the Finance Committee of the Chilean Congress’s lower house April 22 by a vote of 10 to 2. The Socialist-led coalition government of President Bachelet enjoys a comfortable majority in both houses of Congress, and approval of the tax measures is anticipated.
CLT cited a recent study by economist Guillermo Paraje who estimated that a 20 percent rise in the retail price of cigarettes would lead to a reduction in smoking initiation of between 3.9% and 6.6% per year. “What is collected in tobacco taxes today is minimal compared to the damage caused in the health of the population and the cost to the public health budget”, he said.
For more information, contact Isabel Díaz Medina [isabeldmedina@gmail.com] 56-09-5402-4239.
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